martes, 9 de noviembre de 2010

Nuestra Señora de Guadalupe, Advocaciones de la Virgen


La veneración a la Virgen María en Chile se remonta a la llegada de los españoles, cuando Pedro de Valdivia trajo en 1541 una imagen de la Virgen.En Europa el Mes de María se reza en Mayo, en Primavera.En Chile el Mes de María se comenzó a rezar a mediados del siglo XIX en el Seminario de Santiago, por iniciativa del sacerdote Joaquín Larraín Gandarillas, quien fue rector del Seminario y de la Pontificia Universidad Católica. Monseñor Larraín recogió esta tradición nacida en Europa y ampliamente extendida en América, ante la profunda devoción mariana de los chilenos, especialmente de la gente sencilla. Debido al frió que hace en nuestro país en Mayo, le rezamos a la Virgen en el mes de noviembre, comenzando el día 8, coincidiendo su culminación con la fiesta de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre

Este año, cada día del mes de María, conoceremos las distintas advocaciones en que veneramos a nuestra Santísima Madre, y un poco de su historia, no debemos olvidar que la Virgen es una, pero la hemos ido conociendo con distintos nombres según el lugar donde ha aparecido o como ella misma se ha dado a conocer.



9 de Noviembre

MISTERIOS DOLOROSOS

NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE.

La primera visita de la Virgen a nuestra América, para acercarnos a su hijo, está encarnada en la Virgen de Guadalupe. Ella se le aparece a Juan Diego una mañana de diciembre de 1531, pidiéndole que se le construya un templo, un santuario, siendo ese su anhelo, para en él mostrar y dar todo su amor, compasión , auxilio a todos aquellos que la invoquen y en ella confíen.

Le pidió a Juan Diego que fuera al palacio del obispo de México, a manifestarle su deseo y que le cuente puntualmente lo que ha visto y oído, Juan Diego se arrodilló y dijo: “Señora mía ya voy a cumplir tu mandado, por ahora me despido de ti yo tu humilde siervo”

El obispo era Fray Juan de Zumárraga, le pidió una prueba, la virgen le dijo a Juan Diego que cortara rosas en la colina del Tepeyac, y al mostrárselas al obispo, todos cayeron de rodillas admirados al ver como la imagen de la Virgen Morena había quedado estampada en la manta de Juan Diego.


Juan 1,9-14

La palabra era la luz verdadera, que con su venida al mundo ilumina a todo hombre. Estaba en el mundo, pero el mundo, aunque fue hecho por ella, no la reconoció. Vino a los suyos, pero los suyos no la recibieron. A cuantos la recibieron, a todos aquellos que creen en su nombre, les dio capacidad para ser hijos de Dios: estos son los que no nacen por vía de generación humana, ni porque el hombre lo desee, sino que nacerán de Dios. Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros; y hemos visto su gloria, la gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad”


Oración a la virgen de Guadalupe

¡OH, virgen inmaculada,
Madre del verdadero Dios
y Madre de la iglesia!...

Queremos ser totalmente tuyos
y recorrer contigo el camino
de una plena fidelidad a Jesucristo
en su Iglesia: no nos sueltes
de tu mano amorosa.

Virgen de Guadalupe,
Madre de la Américas,
concede a nuestros hogares
la gracia de amar y de respetar
la vida que comienza,
con el mismo amor
con el que concebiste en tu seno
la vida del hijo de Dios.

Esperanza nuestra,
míranos con compasión y enséñanos
a ir continuamente a Jesús.
Amén

(Juan Pablo II, enero de 1979)






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