Este año, cada día del mes de María, conoceremos las distintas advocaciones en que veneramos a nuestra Santísima Madre, y un poco de su historia, no debemos olvidar que la Virgen es una, pero la hemos ido conociendo con distintos nombres según el lugar donde ha aparecido o como ella misma se ha dado a conocer.
9 de Noviembre
MISTERIOS DOLOROSOS
NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE.
La primera visita de la Virgen a nuestra América, para acercarnos a su hijo, está encarnada en la Virgen de Guadalupe. Ella se le aparece a Juan Diego una mañana de diciembre de 1531, pidiéndole que se le construya un templo, un santuario, siendo ese su anhelo, para en él mostrar y dar todo su amor, compasión , auxilio a todos aquellos que la invoquen y en ella confíen.
Le pidió a Juan Diego que fuera al palacio del obispo de México, a manifestarle su deseo y que le cuente puntualmente lo que ha visto y oído, Juan Diego se arrodilló y dijo: “Señora mía ya voy a cumplir tu mandado, por ahora me despido de ti yo tu humilde siervo”
El obispo era Fray Juan de Zumárraga, le pidió una prueba, la virgen le dijo a Juan Diego que cortara rosas en la colina del Tepeyac, y al mostrárselas al obispo, todos cayeron de rodillas admirados al ver como la imagen de la Virgen Morena había quedado estampada en la manta de Juan Diego.
Juan 1,9-14
“La palabra era la luz verdadera, que con su venida al mundo ilumina a todo hombre. Estaba en el mundo, pero el mundo, aunque fue hecho por ella, no la reconoció. Vino a los suyos, pero los suyos no la recibieron. A cuantos la recibieron, a todos aquellos que creen en su nombre, les dio capacidad para ser hijos de Dios: estos son los que no nacen por vía de generación humana, ni porque el hombre lo desee, sino que nacerán de Dios. Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros; y hemos visto su gloria, la gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad”
Oración a la virgen de Guadalupe
¡OH, virgen inmaculada,
Madre del verdadero Dios
y Madre de la iglesia!...
Queremos ser totalmente tuyos
y recorrer contigo el camino
de una plena fidelidad a Jesucristo
en su Iglesia: no nos sueltes
de tu mano amorosa.
Virgen de Guadalupe,
Madre de la Américas,
concede a nuestros hogares
la gracia de amar y de respetar
la vida que comienza,
con el mismo amor
con el que concebiste en tu seno
la vida del hijo de Dios.
Esperanza nuestra,
míranos con compasión y enséñanos
a ir continuamente a Jesús.
Amén
(Juan Pablo II, enero de 1979)
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