Y, lo llamó MARÍA...

Alégrate llena de Gracia…

Por medio de la Santísima Virgen vino Jesucristo al mundo y por medio de Ella debe también reinar en el mundo.

La vida de María fue oculta. Su humildad fue tan grande que su anhelo más firme y constante ha sido el ocultarse a sí misma y a todas las creaturas, para ser conocida sólo de Dios.

Dios Padre, a pesar de haberle comunicado su poder, consistió en que no hiciera ningún milagro, al menos portentoso durante su vida.

Dios Hijo, a pesar de haberle comunicado su sabiduría, consistió en que ella casi no hablara.

Dios Espíritu Santo, a pesar de ser Ella su fiel Esposa, consintió en que los Apóstoles y Evangelistas hablaran de Ella muy poco y sólo cuanto era necesario para dar a conocer a Jesucristo.

María es la excelente obra maestra del Altísimo, quien se ha reservado a sí mismo el conocimiento y posesión de Ella.

María es la Madre admirable del Hijo, quien tuvo a bien ocultarla durante su vida, para fomentar su humildad.

María es la fuente sellada, en la que sólo puede entrar el Espíritu Santo, cuya Esposa fiel es Ella.

María es el Santuario y tabernáculo de la Santísima Trinidad, donde Dios mora más magnifica y maravillosamente que en ningún otro lugar del universo.



San Luis María de Montfort